“En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta”. Pablo Neruda.
Toda la emoción de este nuevo día representa la oportunidad de dar gracias por todo lo que existe. De verdad, lo recibo con el corazón y agradezco todo lo que puedo disfrutar este momento.
Disfruto la mañana fría que me recuerda el calor de la cobija que me atrapa y abriga, el ruido del perro que descubre mi presencia, el agua que acaricia mi cuerpo y sobre todo el olor del perfume que me cubre.
Acaricio la taza de café que embriaga mis sentidos y estalla en una algarabía en mí. Después gozo las páginas de un buen libro que produce la interconexión con la realidad y la fantasía, la decisión de transformación y empuje de nuevos proyectos personales.
La calle con sus múltiples sonidos me embriaga y alerta para transitar por ella y gozar de la presencia de la gente que sonríe, la que absorta en sus pensamientos se desplaza y también aquella que velozmente agita su cuerpo para estar antes que todos.
Agito mi mano para saludar a la gente que me encuentro, huelo el perfume de las personas que contacto y sobre todo agradezco sus abrazos y buenos deseos por este nuevo año. En verdad, me embriaga el afecto de aquellas personas que me llaman y envían sus vibraciones positivas para mí.
Es una eterna gratitud que guardo por esta oportunidad de disfrutar este dia y sus circunstancias. Agradezco también el momento de inquietud al no lograr la concentración para redactar aquel trabajo esperado por otros. Soy afortunado de vivir estos momentos.
Como dijo aquella bella mujer: ”Gracias a la Vida… que me ha dado tanto".Violeta Parra.
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